Hoy en día, cualquier empresa, sin importar su tamaño, es un objetivo potencial para ciberataques. Los ciberdelincuentes se aprovechan de las vulnerabilidades de las pymes, especialmente aquellas que trabajan con grandes corporaciones o sectores regulados, para acceder a sistemas más grandes y valiosos. ¿El motivo? Según el Foro Económico Mundial, las pequeñas y medianas empresas suelen tener medidas de seguridad más débiles que las grandes corporaciones.
Esta realidad pone de manifiesto que la ciberseguridad tiene que ser una prioridad para cualquier empresa que maneje datos sensibles o tenga acceso a sistemas de terceros. No priorizar las medidas de seguridad no sólo pone en riesgo a la propia pyme, sino a todo su entorno digital. ´
Una de las principales conclusiones del Global Cybersecurity Outlook Report 2024 del Foro Económico Mundial refuerza este argumento: a pesar de los avances en la lucha contra los ciberataques, más del 30 % de las organizaciones ha experimentado una disminución en su capacidad de respuesta. La pyme es, sin lugar a duda, el eslabón más débil de la cadena, más si se tiene en cuenta que a pesar de los avances en ciberseguridad de las grandes organizaciones, las pequeñas y medianas empresas han experimentado un retroceso significativo. Más del doble afirma que carece de la resiliencia cibernética para para sus operaciones críticas.
Principales retos
Las causas de esta falta de preparación son varias. Por un lado, la falta de presupuesto dificulta la aplicación de políticas integrales de seguridad, señala el Foro Económico Mundial. Por el otro, la falta de profesionales formados agrava aún más el problema. Esta falta de cualificación conduce a estrategias de protección débiles y protocolos de seguridad insuficientes.
La legislación actual no está diseñada para proteger al sector más importante de la economía: las pymes. La ausencia de políticas de ciberseguridad específicas para este colectivo conduce a una mayor disparidad en las estrategias de protección eficaces, lo que las hace más vulnerables a los ciberataques y frena su crecimiento en un entorno digital cada vez más competitivo.
Ciberseguridad: no es sólo un problema tecnológico
A pesar de lo que pueda parecer, éste no es un problema tecnológico, sino empresarial. “Aunque comprender la tecnología que impulsa los negocios es muy importante, entender los riesgos que conlleva para las empresas es mucho más importante”, destaca el Foro Económico Mundial, que recuerda que “el enfoque clásico”, el de analizar eventos pasados para predecir riesgos futuros, es insuficiente cuando se trata de ciberriesgos.
A diferencia de las grandes empresas, que pueden aplicar un mayor grado de control en toda la empresa, las pymes deben identificar las áreas de relevancia y crear una estrategia de ciberseguridad para las distintas divisiones, tipos de datos y sistemas. También deben explorar tecnologías más maduras, como el cloud, en lugar de “perder tiempo” intentando desarrollar, gestionar y mantener sus propios sistemas. “Con la tecnología adecuada, las pymes pueden competir al nivel de las grandes empresas.
Utilizar la IA en su beneficio
La inteligencia artificial ha supuesto un punto de inflexión también en materia de ciberseguridad. Si bien es cierto que los deepfakes han puesto de manifiesto el potencial malicioso de la IA, la ciberseguridad siempre ha sabido aprovechar la tecnología a su favor. Al igual que el filtro de spam, la inteligencia artificial se está convirtiendo en un escudo contra las amenazas digitales al ser capaz de detectar brechas de datos de forma más rápida, o desarrollando herramientas para identificar tanto videos como audios falsos. Además, ayuda a gestionar el déficit de competencias en las pymes, no solo a través del aprendizaje en el aula, sino mediante la aplicación práctica.
La ciberseguridad es una oportunidad de crecimiento y un imperativo empresarial. Una estrategia eficaz, que equilibre protección y costes, es clave para el éxito en el mercado actual. Al adoptar una estrategia de seguridad integral, las empresas pueden proteger sus activos, fomentar la confianza de los clientes y optimizar los costes operativos asociados con tecnologías emergentes.